Mientras que estés en "el
bus", en "el 46", o "el 48", observa
a la gente que baja y sube en cada parada. Trata de imaginar
cómo será su vida, adónde estarán
dirigiéndose, qué tendrán para comer ese
día al llegar a sus casas. Mira también por la
ventanilla y observa esa nueva perspectiva de la Gran Via
en Madrid, o de las Ramblas en Barcelona, o quizás
del Acueducto en Segovia. Piensa que no podrás
tener la misma visión desde la acera, o desde la mitad
de la calle al cruzar a toda prisa para que no te pille ese autobús
desde el que te estás mirando a ti mismo cruzar la Castellana.
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