Córdoba es
la ciudad en la que mejor se aprecia la herencia musulmana, judía
y católica. Las múltiples invasiones que ocuparon
Córdoba la enriquecieron en todos los aspectos.
Con los romanos, por ejemplo, Córdoba
fue reconstruida con enormes murallas y baluartes; con los musulmanes
fue embellecida con palacios y jardines. Estas civilizaciones
la enriquecieron con su arte, su literatura, sus monumentos,
sus templos y sus idiomas.
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