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Creación: Edna Ochoa
Publicado en Grafemas diciembre 2008
Desde abajo la raíz de la resistencia y la dignidad: San Salvador Atenco
Colectivo Voz de Tierra
A raíz de la violencia policíaca contra el pueblo de Atenco, ocurrida el 3 y 4 de mayo del 2006, donde la población campesina e indígena fue atacada de forma brutal y posteriormente a las mujeres detenidas se les agredió sexualmente, miles de hombres y mujeres marcharon en la ciudad de México el 28 de de ese mismo mayo para exigir la libertad de los presos políticos y el castigo a los policías y responsables de la violación de los derechos humanos y del ultraje sexual a las mujeres.
Estas son algunas de las imágenes de la movilización que fue convocada por adherentes a la Otra campaña y por miembros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. En la marcha no sólo participaron grupos políticos, culturales y de derechos humanos, sino también ciudadanos que no tenían ninguna adherencia política.
La movilización partió del Ángel de la Independencia hacia el Zócalo. Fue encabezada por la gente de Atenco y por 181 liberados del penal, vestidos con uniforme azul que portan los presos de Santiguito. El delegado Zero marchaba protegido por una cadena humana. Entre mantas, performances, danzas, tambores, cantos, guitarras y consignas, de manera pacifica y creativa se rechazó el terrorismo de estado mexicano, cuya constante ha sido criminalizar la resistencia, sobre todo entre la gente campesina e indígena que en los últimos años ha sido la vanguardia en la lucha por la dignidad y la justicia.
Un participación muy nutrida de mujeres acudió a la marcha repudiando la violencia de género, haciendo patente cómo el estado a través de las violaciones y agresiones sexuales trató de reducir a la mujeres de Atenco a objetos sexuales, apropiándose simbólicamente de sus cuerpos para dominar al grupo masculino enemigo. Asimismo se pidió el esclarecimiento de las desaparecidas políticas y de las muertas de Juárez.
El mitin en el Zócalo cerró con la participación del delegado Zero, quien expresó que empezaba un nuevo ciclo de “movilizaciones en México y en el mundo por la libertad de todas y todos los presos políticos”. Enfatizó también que la clase política mexicana sólo miraba hacia abajo, hacia el pueblo “para golpear, violar, matar y después juzgar y condenar”. Pero que habría de seguir denunciando ese crimen, a pesar de la ceguera y el oído sordo de los grandes medios de comunicación.
La demanda de justicia y libertad aún continúa.
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