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Boletín de la AILCFH

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Ana Benito, Indiana-Purdue University en Fort Wayne, Indiana
Publicado en Grafemas diciembre 2009

Creación: Poesía


Ana Benito, en sus propias palabras

Ana Benito nació en la falda de las montañas donde surge el río Duero en España. Es Ph. D. por la Indiana University y aterrizó como Assistant Professor of Spanish en el Departamento de Lenguas Internacionales y Estudios Culturales en la Universidad de Indiana-Purdue University en Fort Wayne, Indiana.

Cuando la puerta de su oficina se cierra, normalmente investiga sobre cosas como la identidad y la alteridad en la literatura española medieval y del Siglo de Oro; las relaciones interculturales entre judíos, musulmanes y cristianos en la Edad Media; la violencia y sus representaciones en la literatura del Medievo y el Siglo de Oro y las representaciones de género en la literatura española medieval y del Renacimiento.

A lo largo de sus años de estudiante graduada y post-graduada ha presentado y publicado estudios sobre Santa Teresa, el mito de las amazonas y la Inquisición española y la creación de “el otro”. En sus investigaciones también ha tratado temas tales como la creación de la construcción cultural de las mujeres musulmanas en la literatura medieval castellana, la creación de la frontera erótica en el romancero, las madres moras y judías en las Cantigas de Alfonso X, las mujeres sabias musulmanas y el fenómeno de la maurofilia y la maurofobia después de la Reconquista.

Combina su labor como instructora e investigadora con la edición de la poesía en Soleado, una revista de creación escrita en español, y, tras muchos años de explorar, analizar y diseccionar el trabajo literario de otros autores, se encuentra en la actualidad revirtiendo lentamente el proceso, volviendo a sus raíces e intentando publicar su primer libro de poemas.

Mujer número 10

No me vas a entender
cuando te diga
que fuiste mi amor en zapatillas,
que yo esperaba tu cuerpo
para despertar los ríos sedados,
y me encontré a quemarropa sentada
con tu puño anclado en las costillas.

No vas a querer saber
que construí una cama de humo
y esperé acostada, ahumándome
de promesas,
a que tu sombra me arropara con sábanas negras.
Pero abrió de golpe una puerta sin bisagras,
manchando de lunes rojos las cortinas
y dividiéndome cada noche las cejas.

Ni voy a querer decirte
que me guardé los labios amoratados
en el segundo cajón de los tropiezos,
que me até las manos al agua fría de los inviernos
donde la soledad se afila contra las muecas.

Y no me quedan razones
para extinguirme entre tus dedos,
ni me quedan sueños sanos
que arrojarte a la cara,
ya no puedo ir de tu brazo, como si nada,
tengo vacío el sitio donde quedaba el alma.

Estoy rota, no me busques,
Vendí la casa,
me salí de la ropa,
me cansé de vivir en puntillas
para no despertar tu ojo siniestro.

Yo era otra,
y no me hace llorar
quien bien me quiere,
ni me hiere arrastrando
mis palabras por el suelo.

Estoy rota, tu rabia ha perdido
contra mis cicatrices el eco.
Estoy rota,
antes de que tú me acabes
metiendo dentro,
aunque hubo amor,
quiero salir del ataúd que
me resuena por el cuerpo.

Lo que todos  

Yo digo lo que todos,
poesía esto y poesía lo otro,
más bien lo otro.
Hay días que se encantinflan
y lo que hacen las palabras contigo
es como ni modo:
lo inefable, la angustia humana,
la limitación del verso como cuando quien dice.
Otros poemas saben exactamente
 lo que quieren, pero vienen en pantalón caído
con el conflicto de parche en la muslera. Y ahí noooo. 

El sufrimiento de hoy, ¿para qué lo quiero?
Escribo a Federico cuánto lo siento,
y a Quevedo que polvo es,
a Fuertes que en gloria esté,
cómo intento el verso en la mesa de la cocina
y mi perra me ladra la trascendencia.
A renglón seguido dos niños míos me besan,
ahí no más me hacen el verbo carne
y hasta verte Jesús mío, el santo a su cielo.

¡Cómo se pasa la vida tan hablando! 
César, Vallejo mío, no sabes cuánto me encebollo
en jornadas de sol a tierra
catalogando por sus abecés la pena.
No la mía, que es de libro,
sino la que tropieza de veras en cuanto se sale del verso,
una mano que se pincha con otra
y se sorprende de las rosas que salen dentro.  

A pan y agua en la celda verde con Pureza, hoy estuve
así de cerca y a punto de sacarle el secreto al universo. El mío, digo,
con la nieve sola, los ojos lavados y un rosario de tormentos.
Los de todos, porque ya te digo,
en el monte inacabado hay serpientes con intimidad,
lo sabe bien Montero,
y otras, con riñones que se duelen de tanto doblarse
al interés del usuario. 

Pero a mí, para qué engañarse,
recitando las vainas lúcidas de Mercedes
lo que me conmueve
es el camino torpe sin poder llegar al mero mero.
Mario Moreno con los tirantes tiernos tan desnudos
--------mientras vivo
--------------o
sinceramente tuya muero muero. 

Paseo

Paseo por tu cuerpo...     
como por tu cuerpo,
es decir,
inexplicablemente,
con las manos cargadas de añoranza,
con la esperanza del amor
en un hueco. 
 
Paseo en mi deseo...
inevitablemente,
sin predecir;
con latitud de aromas,
contra la longitud
de tus lomas necesariamente
abolidas. 
Desde tus ojos
veo mis pupilas dormidas
en tu luz de seda, y entonces,
creo vivir, pero tal vez muera
y lleguen mis despojos
a tu cintura con la marea,
para que se note, para que
tu sangre crea... 
Quisiera detenerme
y hablar con tu boca,
mis dedos tienen sed,
tu voz suena  a ola:
va y viene, viene y va,
y así se llena de sombras
entre las rocas;
 tal vez ...     
la espuma de tus labios   
quede en mi mano   
pronunciando
la herida que no nombras. 
Paseo por tu piel,
que nunca he tocado,
un douce promenade
con los ojos cerrados, y cuento tus pecas
como granos de arena. 
 
Y...
cambiando de tema,
para oír el dilema de mi corazón,
(si le doy la razón a la razón),
paseo por tu cuerpo, salvaje e imposible,
con hambre de tu hambre,
si me esfuerzo (lo pienso), quizá contenible;
la lluvia me besa la frente,
tus brazos se anudan al aire
con dolor infrecuente, y... 
TÚ y YO
caminábamos tras otras huellas en la playa,
sólo hablábamos de ellas,
del mar, de la gente...
mientras yo paseo ...
 y tú goteas, poro a poro en MI MENTE. 

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