Grafemas

Boletín de la AILCFH

Nota editorial : diciembre 2008

Estimad@s colegas,

Guadalupe Cortina En este nuevo número gran parte de las colaboraciones gravitaron hacia las construcciones sexuales e identitarias alternas y los espacios liminales, geopolítica y metafóricamente en el contexto sociocultural que luego desemboca en la escritura. La mayoría establecieron el cuerpo femenino a manera de eje cardinal para la producción de significados que involucran nación e identidad inclusora de género, tiempo histórico, agencia, y/o falta de ella, y sus repercusiones en los sistemas políticos vigentes en Latinoamérica desde la Colonia, pasando por las dictaduras militares de los setenta y los ochenta, hasta llegar a nuestro presente. Las entrevistas ilustraron el aporte de dos escritoras argentinas, una de ella trasplantada a España debido a la brutal represión y terrorismo vigente en los años setenta en ese país. Importantes son las obras de estas dos autoras, tanto dentro del feminismo, como en la literatura infantil y la lesbiana en Latinoamérica y España. Particularmente interesantes son las distintas maneras de portar y vivir la identidad lesbiana que se desprenden de la conversación con Guzner, incluso tomando en cuenta edad y generación, estatus social, orientación política y activismo genérico.

En este último número presentamos además de las entrevistas, artículos críticos, reseñas, anuncios de eventos, libros publicados, y aconteceres en la conferencia anual, el cuento premiado Victoria Urbano, “Dulce de leche Agendaz”, de Natalia Crespo. Además de la sección creativa, hemos expandido el formato incluyendo un apartado documental, muy en consonancia con la nueva visión general y universal de la Asociación. En este ejemplar los textos culturales vienen a acomodarse irremediablemente con los literarios y de alguna manera estos últimos son una visión con voluntad artística de la realidad circundante, como lo participan las escritoras entrevistadas: Ana María Shua y Susana Guzner, así como los artículos críticos de Rosana Blanco-Cano y María Inés Ortiz, y las foto-documento de Edna Ochoa. Creo que ésta es una hermosa manera de terminar el ciclo de Grafemas que nos correspondió a Inma y a mí, el intensificar el reflejo de la sociedad por medio de esta publicación electrónica hacia la membresía.

En este período de transformaciones históricas nos ha tocado vivir el hasta hace poco inusitado hecho de que en el país más poderoso del mundo se hayan postulado como candidatos presidenciales dos elementos minoritarios: una mujer y un hombre afroamericano. Indudablemente, el que haya ganado Barak Obama además de testificar de la voluntad de cambio del país, refleja la esperanza de que pueda rescatarnos de la crisis moral y económica en que ahora estamos navegando. Y aunque todavía no hemos evolucionado al punto de aceptar a una mujer en la presidencia, el futuro se presenta promisorio en este punto, la presencia de las mujeres es irrevocable en todos los frentes. Sin embargo, no por haber avanzado milimétricamente en lo exterior representativo podemos inferir que ha habido cambios internos, psicológicos, ideológicos, que se reflejen luego en las zonas culturales, como lo demuestran los atroces y feroces ataques en las niñas y mujeres en el Congo, Darfur, Afganistán, Irak y la India, entre muchos otros lugares donde hay conflictos civiles armados. En estos sitios geopolíticos, y en nuestro continente también aunque solapadamente, se quiere seguir utilizando el cuerpo femenino sólo como un territorio de aserción del dominio masculino. Por ello, escritoras, críticas y activistas retan la óptica masculina y sus sistemas, reclamando el cuerpo femenino como espacio e instrumento activo de aserción. Los cuerpos desnudos, pintados de sangre y anónimos de grupos de mujeres protestando las violaciones en Atenco, México, se semejan a la manera en que las mujeres de África en Liberia terminaron la guerra cuando después de haber agotado los medios a su alcance, amenzaron desnudarse en medio de una convención de ministros africanos y el presidente de este país africano. Cada vez que en este siglo nuevo se habla de lo absoleto que pueda parecer el feminismo como práctica social, sólo basta recordar las violaciones masivas que se siguen efectuando en las regiones en pie de guerra en varias partes del mundo, así como las otras silenciosas ahogadas en los espacios domésticos.
En el artículo crítico “Prosas rotas: historia, cuerpo y discursividad en Duerme e ‘Isabel’ de Carmen Boullosa”, Rosana Blanco Cano enfatiza las estrategias por medio de las cuales Boullosa intenta revertir precisamente esta práctica patriarcal de nulificar el cuerpo femenino. Las héroas de Boullosa cabalgan en reversa los tiempos históricos, y tomando el contexto de sus tiempos, buscan el empoderamiento circunstancial viviendo en sus propios términos, hasta las últimas consecuencias. Boullosa reescribe la historia, feminizándola en el transcurso para poder encontrar todo ese mundo perdido de los textos de historia, el femenino.

María Inés Ortiz en “Antígona furiosa: paradigma de la sociedad argentina regida por el terror”, establece la manera en que Griselda Gambaro se apropia y transforma un texto clásico. El objetivo es resaltar los efectos deshumanizadores que la dictadura militar argentina provocó en la sociedad posmilitarista de la década de los ochenta y cuyos efectos todavía se viven en la actualidad. Una herida tan profunda aún no ha cicatrizado completamente y el teatro de la crueldad sea quizá un poco el proceso de raspado de cicatriz para que el tejido se enderece lo mejor posible y la sanación se efectúe apropiadamente.

Las entrevistas en Grafemas son un medio por el cual acercarnos al misterio del proceso creativo escritural. Además, transforma a las autoras en mortales, bajándolas de ese nicho en el que nos encanta situarlas. Graciela Corvalán entrevista a Ana María Shua, escritora argentina, quien no sólo conversa sobre su obra sino sobre el proceso de distribución del libro en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. La llamada globalización de la literatura latinoamericana es sólo un mito, y la acepción de lo posmoderno depende de las zonas geográficas. La teoría y la crítica literaria, nos dice Shua, son sólo modas y la escritora tiene a veces que soslayar estas tendencias para crear. Así, enfatiza el proceso creativo como el resultado de una necesidad imperiosa de producir, pero también como resultado del encargo, de la literatura profesional supeditada a la oferta y la demanda como todo artefacto artístico.
El texto lesbiano aún tiene que combatir por un espacio en la literatura, nos dice Susana Guzner en la charla que sostiene con Dolores Martín Armas. Susana Guzner, escritora argentina exiliada en España desde 1976, conversa sobre diversos temas: el desarrollo político-social del lesbianismo en España, aparejado con una historiografía del respectivo panorama literario de tema lesbiano, incluyendo escritoras argentinas radicadas en ese país. Guzner menciona desde la total invisibilidad y criminalidad de la lesbiana hasta el apoyo gubernamental por medio de leyes antidiscriminatorias, que irónicamente han desvestido de toda trascendencia política al lesbianismo. Particularmente interesante en la obra de Guzner es la musicalidad de sus textos cortos, a veces el uso de la ironía y el humor, y una cierta reticencia a utilizar el erotismo descarnado (que ella llama gimnasia copulatoria) y favorecer más la sugerencia electrificante. Guzner se enfrenta a la crítica literaria de su interlocutora cortés e inteligentemente, sin embargo deja claro que su diseño escritural cubre todos los posibles recovecos del mundo ficticio presentado a sus lectoras.

En la reseña que nos presenta Cecila Salerno se continúa la temática lesbiana además de la gay. En el texto Iguales en amor, iguales en deseo, nos dice Cecila Salerno los editores intentan crear una base de conocimiento de las sexualidades alternas a la heterosexualidad obligatoria. Editado por Arturo Delgado Cabrera y Ángeles Mateo del Pino, Iguales en amor, iguales en deseo presenta a través de la historia análisis de textos culturales y literarios, incluyendo anales históricos y el cine en los que se hace mención. Salerno recomienda la lectura de Iguales en amor, iguales en deseo para quienes quieran ampliar su conocimiento de las sexualidades y comportamientos diferentes a los sancionados socialmente.

Edna Ochoa en su poesía transparente y simbólica nos habla de la incomunicación presente cuando sentidos y sentimientos se saciaron en el pasado. El regreso es imposible, sin embargo la memoria es el espejo que sedimenta la experiencia. Lidia Díaz nos comparte en sus poemas un espacio liminal que genera confusión y ambivalencia al habitante. La geografía es engañosa, pero también la historia es traicionera y generadora de culpas, y la hablante poética advierte la manipulación y fragmentación del otro. Ana María Díaz Marcos en su cuento “Tardes fuscia y jevimetal”, a través del hilo de conciencia de la protagonista, rememora adolescencias al ritmo de la música jevimetal. Tiempos despreocupados, intensos y fugaces, son recordados nostálgicamente por la voz de la protagonista. En el cuento premiado de Natalia Crespo, “Dulce de leche Agendaz”, se explora la negación, crisis y transición de identidad del emigrado en este país. La búsqueda de modelos a los cuales aferrarse se presenta fútil y no se resuelve, cada uno empieza de cero.

Reiteramos nuestro agradecimiento a la membresía y a las directivas de la Asociación que han apoyado Grafemas, y sólo nos queda expresar nuestro deseo de que esta publicación se siga expandiendo y fortaleciendo a través de excelentes colaboraciones como hasta ahora lo han hecho. Felices Fiestas Decembrinas y Feliz Año 2009.

Guadalupe Cortina, University of Texas-Pan American
Directora de Grafemas

Inmaculada Pertusa, Western Kentucky University
Webmistress de Grafemas
Secretaria de la AILCFH